lunes, 13 de octubre de 2008

¡Felicidades Ramoncita!



Mujer virtuosa, ¿quién te hallará? Porque tu estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

Aunque sólo tengo diez años de conocerte me has contado mucho de tu vida, desde cómo te casaste tan jovencita y cómo el corazón de tu marido siempre estuvo confiando en ti, porque tu le diste lo mejor de ti todos los días de tu vida.
Buscaste lana y lino para hacer vestidos a tu única hija y siempre te levantaste temprano para que la comida estuviera lista para tu familia.

Te has ceñido de fuerza para superar todo tipo de dificultades que se te han presentado en la vida y tu lámpara nunca se ha apagado de noche.
Has alargado tu mano a las mujeres presas en el penal por años, eso es una obra digna de admirarse y has extendido tus manos también a todo el que ha estado cerca de ti.
Te admiro por la fuerza y el honor de tu vestidura y porque no tienes temor del futuro a pesar de vivir solita.
Durante este mes de tu cumpleaños todas las que te conocemos te llamamos bienaventurada.
Muchas mujeres han hecho el bien, pero tu eres una que soprepasa a muchas.
Tu eres una mujer que teme a Jehová por eso ahora te rendimos honor (Proverbios 31).
Con amor desde Dubai,
Haydeé


Por: Haydeé Pérez

jueves, 9 de octubre de 2008

Gracias por tu Palabra

Desde hace muchos años, después de la jornada laboral y mis actividades domésticas vespertinas, algo que me distrae y relaja es recostarme y leer todo el periódico. He de decir que la distracción que me ofrece es tal, que mis hijos y esposo alguna vez han sentido una seria competencia con “El Norte”.

Ayer no hubo tal relajación; tantas malas noticias me produjeron verdadera turbación. Las notas periodísticas de narcomantas, ejecuciones, recesión, inflación, el asesinato de una familia por su propio padre que luego se suicida por su crisis económica, políticos y jóvenes que no tienen respeto por nuestro Presidente, accidentes, robos, etc.; me dejaron prácticamente agotada.

Mas tarde, cuando me dirigía a un estudio bíblico, iba pensando y orando por todo lo que leí y de forma muy especial por el Presidente y toda esta crisis que tiene que enfrentar como mandatario de nuestro país. Estuve a punto de regresarme en el camino, el agotamiento que sentía me hizo considerar esa posibilidad; sin embargo desistí. Dios me hizo recordar que todas las veces que he sentido cierta resistencia a ir donde se estudia su Palabra, siempre ha habido una bendición adicional.

Y de verdad que la hubo, el estudio inició con la lectura del Salmo 27, que concluye diciendo: “Hubiera yo desmayado, si no creyere que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová” (13-¡4).

Me queda una enseñanza. A pesar de todo, al día de hoy no he dejado de experimentar el cuidado amoroso, la protección y provisión de Dios. Sí, las noticias son malas, muy malas, la parte que me toca hacer es orar y pedirle a Dios que siga sensibilizando e inquietando mi corazón para interceder con urgencia. Porque Sí, seguiré esperando en Jehová, y sé que veré su bondad manifestada en nuestra tierra.

miércoles, 1 de octubre de 2008

DEJALO A MI CARGO




Una mujer de nombre Mary Ellen, experimentó en cierta ocasión una gran carga. Se sentía tan turbada que no podía dormir ni comer, arriesgaba su salud física y emocional, estaba a punto de una crisis nerviosa. Sin embargo, pudo reconocer que ella nada podía hacer para cambiar sus circunstancias.

Entonces leyó en una revista la historia de otra mujer llamada Connie, quien también había experimentado grandes dificultades en su vida. En el relato, una amiga le preguntó a Connie, cómo pudo soportar la carga de dichos problemas. Connie respondió: “Llevo mis contrariedades al Señor”. Su amiga le respondió: “Por supuesto, eso es lo que debemos hacer”.

Entonces Connie continuó diciendo: “Pero no tan solo debemos llevarlas ante Él. Debemos dejar nuestros problemas con el Señor”. No solo debemos dejar nuestros problemas con el Señor; no debemos quedarnos con ninguno (Tomado de: http://www.renuevodeplenitud.com/).



Echa sobre el Señor tu carga y Él te sustentará
Salmo 55:22

 
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